A principios de otoño cuando acababa de pasar la ola de calor, los visitantes complacidos como la fresca brisa que anunciaba el cambio de estación, llegaron a los brazos de la Madre Nueva Jerusalén. El 25 de agosto, cerca de 140 miembros del 60.º Grupo de Visita del Extranjero llegaron a Corea provenientes de 62 iglesias de 14 países, principalmente de Nepal.

La Madre dio una cálida bienvenida a los miembros que volaron a Ella como nubes y como palomas, conforme a las profecías, y los bendijo diciéndoles: “Ya que han venido de países lejanos, estudien mucho las palabras de la verdad para que puedan ser grandes profetas que den el alimento de vida diligentemente cuando regresen”. El 60.º Grupo de Visita del Extranjero estaba conformado en su mayoría por jóvenes y señores entre 20 y 40 años que están guiando la obra del evangelio con gran devoción.

Durante su estadía en Corea, su itinerario se enfocó en el estudio de la Biblia que progresaba todos los días en el Instituto de Formación de Dongbaek junto con un tiempo de experiencia cultural. Los miembros del extranjero afilaron la espada de la palabra de Dios a través del estudio bíblico y su entendimiento espiritual se profundizó cuando siguieron las huellas del Padre y la Madre celestiales visitando el Museo de Historia de la Iglesia de Dios, la iglesia de Nakseom, Incheon, la iglesia de Gwanak, la iglesia de Dongdaemun, Seúl, etc.

El grupo visitó el Instituto de Formación Elohim y el Instituto de Formación Go&Come de Okcheon, y disfrutaron del hermoso paisaje de Corea. A través del tiempo de experiencia cultural, que se preparó un día antes de que regresaran a sus países, los miembros del extranjero alabaron a Dios Elohim en coreano y en sus idiomas nativos. A su regreso, los miembros coreanos los consolaron con música de cámara y el cuarteto masculino.

Los miembros de Nepal, que está localizado en las alturas de los Himalayas, disfrutaron de un momento especial y vieron el muelle costero de Incheon y la playa Wangsan. En Corea, pudieron experimentar la verdad de la Biblia y el amor de la Madre que son anchos y profundos como el mar. Regresaron a sus países con la determinación de convertirse en “pescadores de hombres” (Mt. 4:19) guiando a muchas personas a Dios.

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